viernes, febrero 06, 2009

En el cajón de los recuerdos

En el cajón de los recuerdos encontré unas fotografías, muchas en papel, muchas en mi mente aun existían.

Recordé las veces que era madrina del equipo de fútbol, donde jugaban mis amigos, y me gustaba ir a verlos jugar y aunque el resultado no importaba como nos carcajeábamos, me llegó a la memoria el recuerdo de aquella ocasión de tanta barulla que hicimos el arbitro nos expulsó al resto del equipo y a la banca de la porra en la cual yo me sentaba y reía, ja, ja.

Cuando jugamos volibol y como jamás supe lanzar, siempre fui pésima para los deportes, las manos chuecas y al momento de recibir la pelota, la lanzaba para el lado opuesto hacia donde yo apuntaba, pero no importaba, ahí estaban ellos para salvar la jugada.

Cuando jugábamos softball y al barrerte te madreabas, y después nos reíamos de todo lo que vivíamos y las sonseras que pasaban.

De las fiestas que terminaban en la madrugada, pero sin ningún desaguisado de andar controlando borrachos, no ellos sabían donde y cuando, si estábamos la bola de viejas se comportaban, ya después se desahogaban y ya nada más se ventaneaban, de aquel que andaba tan happy que arriba de la mesa bailaba.

De las idas a Laredo, de las salidas al Sabinal, de los paseos al fraile a un rancho a pasear.

O cuando hacíamos las posadas en la palapa de la empresa, si en esa que un día estábamos platicando hice mi silla hacia atrás y las patas cedieron, yo creo que por 6 meses no me acababa el carro que me dieron, ja, ja.

Esos son los amigos que extraño, sin embargo ayer me sorprendieron, cuando un correo de uno de ellos me llego comentando que cuando iban en el carro tres de mis amigos me vieron, por la tarde puse mas atención en ese punto de intersección y que gusto me dio saludarlos de carro a carro, me sentía como si hubiera visto a mis hermanos, ellos igual gustosos agitaban sus manos y me saludaban.

Se que el tiempo pasara y al final me dará risa cuando sigamos pensando en nosotros como aquellos jóvenes que fuimos y sigamos platicando, no has visto a los muchachos y las muchachas y tal vez ya a nuestros 50 años y nosotros sintiéndonos tan jóvenes como cuando teníamos 19 años y la vida era tan sencilla.

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