martes, febrero 03, 2009

Nuevamente te pido perdón

Toda mi vida ha girado a veces sobre malos entendidos, calumnias o palabras dañinas, mi daño no es físico, mi daño es espiritual, es mi alma la que es dañada, es mi corazón que es herido, sin embargo el orgullo y la soberbia han aparecido y me ha permitido seguir adelante, después conocí a Dios y tuve que aprender a perdonar, no digo que ya he perdonado, al contrario ha veces vuelve algún resentimiento y me hace derramar lagrimas y vuelvo a ponerme en oración para dejar mis resentimientos a Dios.

Alguna vez te cuestionas cuando te hablan del perdón: Donde lo compro? Cuantas inyecciones me tengo que poner? Cuantas píldoras de perdón tengo que tomar?

Mi orgullo es muy fuerte, demasiado fuerte e impulsivo, tanto que puede acabar en un segundo con todo lo que he edificado, aun cuando después llore, es muy dificíl que pida perdón, ahh porque eso si, Doña Perfecta, se cree así ... perfecta que no tiene porque aceptar que se equivoca y que es humana.

Ahora me doy cuenta que aun no se perdonar, porque perdonar sin olvidar no es perdonar.

Ese perdón no es perdón. Ese perdón solamente almacena resentimiento, odio, desamor, para sacarlo ante la más mínima oportunidad como puñal, como dardo que lacera, que lastima. Perdonar sin olvidar, no es perdonar. Es arma para dañar, para agredir, para hacerte sentir superior y saber que tienes a alguien, como se dice vulgarmente, agarrado del pescuezo. Es querer dominar, sobajar a los demás.

Tengo que pensar en esa persona que me dañó, que pensaba en ese momento, que sentía, tengo que pensar que hubiera hecho yo, tal vez, hubiera hecho lo mismo, tal vez hubiera reaccionado peor.

Esto es honestidad. Es darnos cuenta de que como seres humanos venimos repitiendo los errores que aprendimos de manera inconciente. Que no somos más que repetidores de desamor.

Perdonar es darme cuenta de que ni siquiera había razón para perdonar, porque yo, en su lugar, hubiera hecho lo mismo, o tal vez algo peor.

Vuelvo hoy a pedir perdón Señor por mis faltas, por mis pecados, por mis errores y vuelvo a perdonar a aquellos que me han hecho daño, quiero ser libre, quiero poner alas a mi mente y romper esa corteza que cubre mi corazón.

Perdón... es todo lo que pido para no cargar con el rencor en mi corazón.

0 comentarios: