Terapia

Hace unos días para variar me pego la depre, me cuestionaba a que se debía, me decía todo esta bien en mi vida, sin embargo siempre me engaño, hay algo que me molesta y no lo externo, me lo guardo hasta que estoy a punto de explotar, se muy bien cual es mi punto débil, mi talón de Aquiles: mi querida madre, después de leer a la flaca sobre la envidia, me di cuenta de cuan envidiosa soy, siempre envidié aquellos cuentos sobre la madre amorosa, aquella madre que cocina, que te atiende, que te apoya, yo no tuve una madre así.

Cuando era niña recuerdo la angustia de despertar y escuchar a mi madre, si silbaba una canción me daba alivio pensar que amaneció de buen humor, sin embargo cualquier cosa que sucediera era motivo para que cambiara de carácter y córrele, porque nos llovían chanclazos, manguerazos, cintarazos y nada mas porque no existían los tazos, si no también tazos nos aventaba, ja, ja, siempre busco los recuerdos dulces o alegres, pero son pocos, porque siempre se anteponen los tristes, los golpes ya no duelen, las heridas ya cicatrizaron, los insultos se tiene que olvidar, los rechazos ya forman parte de mi carácter, sin embargo cuando ella esta cerca de mi, se me vienen a la mente muchas cosas tristes y es cuando puedo entender a mi hermana mayor que no pudo convivir con ella, como olvidas que le fue infiel a mi padre quien la adoraba y la trataba como reina, como olvidas ver a mi padre llorar de dolor, como olvidas los insultos que profirió ante su ataúd cuando estábamos velándolo, como se olvida, hablo tanto del perdón y muchas veces es difícil hacerlo y después la tienes en casa y platica de tres novios que hoy en día tiene, si se junta con uno o vive con el otro, que uno le ofrece la luna que otro las estrellas, como si fuera lo mas natural, como si mi padre nunca hubiera existido, se le olvida que habla con sus hijas y no con unas amigas? no se que piensa, siempre quise entender porque estaba tan amargada, siempre quise entender porque nunca fue feliz, que le frustraba, viví para complacerla, fui igual que mi padre, todo le dábamos, si algo le gustaba se lo comprábamos, le amueble su casa, le compraba perfumes, ropa, con tal de recibir un abrazo de su parte – si ya se esto mismo hice con mi ex esposo, porque es la única manera que aprendí de recibir amor y aceptación - sin embargo nada la complació y hoy que vivo mi vida me doy cuenta que ella nunca será feliz, me entristece que nunca aprecie todo lo que Dios le envió.

Hoy sigo queriéndola, pero de lejos, la quiero lejos de mi casa y de mi vida, solo verla de vez en cuando, para enterrar el pasado y seguir viviendo el presente, para no cargar con nada, para olvidar todo, para algún día perdonar, para no tener sentimientos tristes o dañinos.

Bueno ya estuvo bueno de terapia, ahora lo mejor es que ya esta semana ya casi no fue a dormir a casa, yuuupi, ya volvió a amueblar su casa, es que también se enojó conmigo porque no le cedí mi recamara ji, ji y después las bromas de mis hermanas, que soy el rival mas débil, porque como ya se acerca la fecha en que mi hermana se vaya a su casa, así que quedaremos mi hijo y yo solos en mi mini casa y temen que mi madre quiera vivir conmigo, pero naaa ella lo que le gusta es que la atiendan como reina y como yo trabajo, pues no le agrada.

Anónimo: Aquel que me cuestionarte por reírme un poco de mi madre, te la mando una semana y luego me platicas como te fue, ji, ji.

Ya estando mas seria, siempre doy gracias por mi madre, sea como sea es mi madre, me aferro a los momentos en que estuve grave en el hospital y estuvo a mi lado, recuerdo que nunca padecí hambre, recuerdo que siempre tuve zapatos que vestir, si un día le hiciera un reclamo, solo le diría ojala y de niña me hubieras dado un abrazo, eso me hubiera gustado mucho, tal vez por eso soy la madre que soy, tan querendona con mi peque, porque espero que el día que Dios me llame mi hijo se quede con recuerdos bellos, con enseñanzas positivas, con alegrías.

Y bueno ya saque todo de mi ronco pecho o de mi mente confusa, aquí se queda como siempre en el blog para no dañar, para tratar de olvidar y avanzar.