Los mundos colapsan

Regreso a casa después de estar en mi mundo feliz y regreso a mi habitual vida, que esta completa con sus altas y sus bajas, con sus tristezas y sus alegrías, porque esa es la vida, la que te enseña cada día que los problemas no son grandes, ni las soluciones pequeñas, porque algunas cosas las puedes arreglar y otras solo hay que aceptarlas, simplemente no tienen solución, ni requieren solución, la sabiduría te llega en cada momento de esa vida, te da satisfacciones, te da felicidad pero también te dará sinsabores.

Hoy operan a la abuela, tal vez por eso me dio tristeza, prefiero no pensar, prefiero imaginarme que esta en su casa tranquila y feliz, el jueves la vi y quise hablar con ella, aunque me ha reconocido y tiene buen semblante, sus oídos hace mucho que no escuchan sonidos y trate de que leyera mis labios y quise expresarle tantas cosas, pero no soy mujer de palabras, soy mujer de letras, le tome la mano, la acaricie y pese a las arrugas en su piel les puedo decir de su suavidad al tocarla, acaricie sus cabellos canos, escuche sus platicas de que ya esta cansada, ese cansancio de que ya no desea saber mas, simplemente dormir y descansar, pero como le dice mi tía, Dios no concede caprichos, hasta que su tiempo termine en esta tierra, mientras tanto Doña Ursula (como me gusta llamar a la abuela Ángela) seguirá aquí.