viernes, febrero 18, 2005

Susurros en un sepelio

Tio (Pastor de una iglesia de tantas):
- La que se quiera tirar a la tumba, dejenla… que nadie la detenga
Tias (bola de viejas cacatúas y a cuales quiero mucho):
- si vamos a llorar, sera con dignidad
Angel:
- Manas si alguna se pone histerica, es la oportunidad para cachetear, hacen fila

Es lo que me gusta de mi familia, en los peores momentos, nunca perdemos el humor, no nos enseñaron a llorar, asi que a nuestra manera aprendimos a reirnos del dolor.

2 comentarios:

Sebastian dijo...

Uy, creo que nuestras familias se parecen taaaaaaaaaaaaanto! Ir a un funeral con mi padre era una tortura, el muy idiota guardaba sus mejores chistes para contarlos ahi, eso de aguantarte la carcajada con los dolientes enfrente no es facil!

Mal Bicho dijo...

Afortunadamente la mentalidad de las mujeres ha cambiado, e historias como las de tu tía ya no son tan comunes…al menos eso creo yo, pero no lo se de cierto, solo lo supongo.
Como sea tu post me recordó mucho a un poema de Sabines:

Amanecí triste el día de tu muerte, tía Chofi,
pero esa tarde me fui al cine e hice el amor.
yo no sabía que a cien leguas de aquí estabas muerta
con tus setenta años de virgen definitiva,
tendida sobre un catre, estúpidamente muerta.
Hiciste bien en morirte, tía Chofi,
porque no hacías nada, porque nadie te hacía caso,
porque desde que murió abuelita, a quien te consagraste,
ya no tenías qué hacer y a leguas se miraba
que querías morirte y te aguantabas.
¡Hiciste bien!
Yo no quiero elogiarte como acostumbran los arrepentidos,
porque te quise a tu hora, en el lugar preciso,
y harto sé lo que fuiste, tan corriente, tan simple,
pero me he puesto a llorar como una niña porque te moriste….

La tía Chofi (fragmento)
Por aquí andaremos
Chau