sábado, diciembre 06, 2008

La muerte entre los aztecas

Hoy recorde algo que contaba mi padre y por supuesto entendi un poco de nuestra herencia, no sabia que corria sangre azteca, bueno creo que en la mayoria de los mexicanos tenemos esa herencia, yo solo se que por parte de mi madre hay sangre italiana, pero de papa nunca cuestione, sin embargo hoy por la mañana empece a hacer memoria de los cuentos que me contaba e investigando me encontre que en verdad esos cuentos que de generacion a generacion pasaron tienen sus inicios en los aztecas.

Contaba mi padre:

Cuando uno muere al enterrarlo hay que dejarle una moneda en sus manos, porque cuando mueres tienes una gran travesia para llegar a un lugar muy hermoso, con muchos prados verdes, hay muchas flores, mucha tranquilidad, ahi llegas para estar un tiempo y despues renacer como un ave o algun otro animal, pues volvemos a vivir nuevamente (ahora se que ese lugar se llama Mictlan) pero para llegar a ese lugar primero hay que cruzar un rio, para cruzarlo solo hay dos maneras de hacerlo, una es pagar una moneda para darselo a la parca y te ayude a cruzar y la otra manera es que tu mejor amigo te este esperando para poder cruzar.

Esto nos lo conto a mi hermano y a mi cuando perdimos a nuestro amigo de juegos un perrito de quien sabe que raza, de pelaje negro llamado "chango".

Me acorde de esto y lo comparti con mi hermana, recordamos y reimos un rato, nos vinieron a la mente varias mascotas que a lo largo de la vida nos acompañaron: el bobby, el bandido, el chango, la bola y hasta nos acordamos de la prima y su mascota el guapito tobias, ja, ja, todo esto vino a razon de que ayer tuvieron que dormir a una perrita llamada Indy la cual tenia 10 años de vida (no se que edad perruna viene siendo) Indy murio de moquillo, ayer el veterinario dio la opcion de dormirla y viendola sufrir pues ya tenia dias enferma, no les quedo mas remedio que aceptarlo y mis sobrinos a sus 17 y 19 resintieron la perdida pues la amaban profundamente, pero despues de nuestra platica y nuestras risas se quedaron mas tranquilos pensando que si un dia tienen que cruzar el rio, Indy estara ahi esperandolos para ayudarles a cruzar.

Ya no estara Indy esperando en la puerta, pues siempre estaba atenta a nuestra llegada y esperaba un saludo, pues no se movia hasta que no la saludabas y se regresaba al patio a seguir persiguiendo palomas, los cariños que se le hacian era los de una nena, donde esta la preciosa? que hermosa perrita, al llegar a casa era igual como saludar a un miembro mas de la familia, todo mundo le decia"hola Indy" y si mi sobrino Samuel no llegaba a dormir a casa (pues a veces se van a acampar) ahi la tenias en la puerta de la recamara sollozando por el, cuando Angelito estaba caminando corria tras ella pues le queria agarrar el rabillo que se movia juguetonamente, se le va a extrañar a la gorda (asi le deciamos tambien de cariño) pero ahora ya no esta sufriendo y esta en un buen lugar esperandonos en el camino.

Me quedo leyendo y pienso que puede ser depresivo el platicar algo como esto, pero yo veo la muerte como algo adherido a la vida, no te mortifica pensar en ella, pues siempre tienes la fe de que algun dia a todos los seres queridos que se han ido, los volveras a ver, asi que solo una sonrisa sale de mis labios, al recordar los buenos tiempos que pasamos con todos ellos, pues es hermoso recordar y sonreir.

Y la mision en la tierra a lo que hemos venido a cantar y hacer amigos

«Yo he venido, me pongo en pie, forjaré cantos, haré que los cantos broten para vosotros, amigos nuestros. Soy enviado de Dios, soy poseedor de las flores, yo soy Temilotzin, ¡he venido a hacer amigos aquí!» (Temilotzin).

1 comentarios:

Àngello dijo...

hola amiguita, sabes, en los sepelios nordicos antiguos, tambien usaban monedas, pero estas se las colocaban en los ojos, y era para pagarle a Caronte, el barquero del lago Estigia cuando los cruzaba al Ares.

saludos, buen fin de semana.