Miro el refrigerador, solo queda una gelatina, sabor uva, tu sabor favorito, te la ofrezco y me dices si, estamos sentados a la mesa, me gusta mirarte, mirar como la empiezas a machacar la gelatina para que se convierta en trocitos pequeños y cuando la tomes con la cuchara y con tu pequeña mano no se te caiga, me ofreces y te acepto una cucharada, tomas otra para ti y vuelves a darme otra cucharada, ya no me das tiempo de decirte no, simplemente arremetes la cuchara a mi boca, me sonrió y te digo: no Angelito, come tu, acábate toda la gelatina para que crezcas, yo no quiero gracias, te me quedas viendo sorprendido y me preguntas con tu inocencia:
Mami tu ya no quieres crecer?
Antes del después
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Cuando alguien llega a este blog lleno de palabras gastadas, empanizadas
con polvo de olvido.
Énfasis sombrío, no me hallo de otra forma.
Difuminan la enten...
Hace 23 horas.
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