jueves, enero 29, 2009

Solo me faltaba un café y todo hubiera sido perfecto

Recostada en el asiento de mi auto, veo los autos pasar, no se cuantos autos han transitado en esta mediahora que tengo aquí varada, solo me doy cuenta de las sensaciones que estoy viviendo, no tengo incertidumbre, solo siento tranquilidad, el auto simplemente se le reventó el clutch o eso entiendo yo y no me queda mas que esperar que la grúa llegue para llevarlo al taller.

Sigo disfrutando de la vista, me acomodo nuevamente en el asiento, la música en la radio, cierro los ojos, evoco recuerdos y doy gracias porque todo me sucede en un buen momento, en un buen lugar, el viento helado se cuela un poco por la ventanilla, el termómetro marca 10°C, la sensación es mas fría a esa hora de la mañana y por el lugar ubicado a cierta altura, sigo contando los minutos, el tiempo transcurre lentamente y el trafico de la mañana va disminuyendo, veo hacia abajo y se ven las dos principales avenidas que cruzan la ciudad, podría bajar del auto y estirar las piernas, pero me lo pienso dos veces y no quiero volver a pasar por lo que pase unos minutos antes. No me molesta que toquen el claxon o chiflen, me es indiferente, pero en serio hombres creen que por hacer eso voy a voltear y hacer contacto visual con ustedes, sinceramente no me dejaban escuchar la llamada del celular, siempre al verme al espejo no veo nada llamativo de mi persona, mi ropa es muy conservadora, mi abrigo me cubre hasta la rodilla, creo que la mayoría de los hombres tienen un serio problema, si una escoba con falda vieran igual le chiflarían.

Siguen los minutos transcurriendo, pasa una patrulla y me pregunta amablemente el policía si todo bien, le digo que no hay problema ya no tarda en llegar la grúa, pasan 5 minutos y llega del mismo municipio una camioneta de auxilio vial –me imagino que el policía lo envió – me cuestiona y le explico a mi entender lo que le sucede al auto y que no tardará la grúa en llegar, sin embargo me dice que estará tras mi vehiculo para cuidar que no me vayan a dar un golpe, aun cuando ahí la velocidad esta marcada a 30km/hr, le agradezco el gesto y no me queda mas que esperar, esperar que los minutos pasen, esperar que la grúa llegue y seguí con tanta tranquilidad que solo un café me hacia falta en ese momento para disfrutar de la vista y las maravillas que por ir manejando no logro apreciar.

Hoy como siempre doy gracias, Gracias Señor porque siempre cuidas de mi, gracias corazón con patas por tu apoyo para que yo pudiera hacer las llamadas y arreglar todo – si ya se eso de traer el celular sin saldo, al fin mujer - gracias mi cuñado-padre adoptivo que me presto su carrito, gracias al policía que quiso ayudar, gracias al Sr. de auxilio vial que cuido que no me pasara nada al estar en esa lateral, gracias al Sr. que me dio las indicaciones para avisarle a la aseguradora donde me encontraba ubicada, gracias a la Srita. que amablemente me atendió en la aseguradora, gracias al chofer de la grúa, gracias al dueño del taller que siempre me recibe con una sonrisa y nuevamente gracias principalmente a mi Dios por permitirme cambiar y ya no soy superwoman y puedo pedir ayuda cuando es necesario y no preocuparme por lo que pueda pasar y estar con esta paz.

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