Un día martes, manejando Ángel en su nube azul, con Angelito en su asiento de seguridad, por la carretera de la vida, de camino de casa de mi comadre a Casa “Rincón del Cielo”.
- Mamá estoy enfermo – expresa Angelito
Trato de no preocuparme, volteo a verlo de reojo y pienso para mis adentros “Padre mío, no permitas que se enferme”
- Que te duele mi amor – le pregunto
- Tengo un sapo – contesta Angelito
- Un sapo? - Pregunto asombrada
- Si – me contesta con su carita triste
- Sigo manejando, viendo el retrovisor, espejeando y de reojo lo veo
- Hip, hip… -se escucha en el asiento trasero
- ves tengo un sapo – me dice Angelito
Ja, ja, ja… me vuelve la sangre al cuerpo, volteo y le miro y con una sonrisa le explico, es solo hipo, cuando lleguemos a casa te doy agua y se quita, si no hazle así… le explico inflando las mejillas, sosteniendo la respiración, después de varios intentos por fin se le quita y poco a poco le gana el cansancio, termina dormido, volteo de reojo y lanzo una plegaria.
“Señor padre, tanto me amas que me enviaste este pequeño ángel a mi vida, te doy gracias por todo lo que me has dado, por los dones, las bendiciones y las lecciones de vida, te pido señor que me des sabiduría, me des amor para mi prójimo y humildad para aceptar mis errores, esto te lo pido en nombre de nuestro señor Jesucristo, Amen”
De dichos, hechos y derechos desechos
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Siempre de los siempres siempres que me recetan un nuevo medicamento
investigo de que va para saber que le meto a mi cuerpo y tener presentes
las consecue...
Hace 2 semanas.
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