miércoles, octubre 15, 2008

Solo era un sapo...

Un día martes, manejando Ángel en su nube azul, con Angelito en su asiento de seguridad, por la carretera de la vida, de camino de casa de mi comadre a Casa “Rincón del Cielo”.

- Mamá estoy enfermo – expresa Angelito
Trato de no preocuparme, volteo a verlo de reojo y pienso para mis adentros “Padre mío, no permitas que se enferme”
- Que te duele mi amor – le pregunto
- Tengo un sapo – contesta Angelito
- Un sapo? - Pregunto asombrada
- Si – me contesta con su carita triste
- Sigo manejando, viendo el retrovisor, espejeando y de reojo lo veo
- Hip, hip… -se escucha en el asiento trasero
- ves tengo un sapo – me dice Angelito

Ja, ja, ja… me vuelve la sangre al cuerpo, volteo y le miro y con una sonrisa le explico, es solo hipo, cuando lleguemos a casa te doy agua y se quita, si no hazle así… le explico inflando las mejillas, sosteniendo la respiración, después de varios intentos por fin se le quita y poco a poco le gana el cansancio, termina dormido, volteo de reojo y lanzo una plegaria.

“Señor padre, tanto me amas que me enviaste este pequeño ángel a mi vida, te doy gracias por todo lo que me has dado, por los dones, las bendiciones y las lecciones de vida, te pido señor que me des sabiduría, me des amor para mi prójimo y humildad para aceptar mis errores, esto te lo pido en nombre de nuestro señor Jesucristo, Amen”

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